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procesión del cristo morado

Urpayhuachac, Pachacamac y el Cristo morado

Publicado: 2013-10-28

Octubre en Lima es conocido como el mes morado. En este mes, los fieles del Señor de los Milagros vestidos con hábitos y escapularios de ese color sagrado, toman las calles de la ciudad para llevar su imagen en andas, protagonizando la procesión más grande del mundo.

El Señor de las Maravillas como se le denominaba en tiempos virreinales, también es llamado el Señor de los Temblores, pues desde el inicio su veneración está asociada a los terremotos ocurridos en Lima desde el siglo XVI. En 1715 se le declaró “patrono jurado por la Ciudad de los Reyes contra los temblores que azotan la tierra”, de esta fecha en adelante ha sido merecedor de nuevos títulos, pero siempre enfatizando su relación con los movimientos sísmicos.

Esta vinculación del Cristo Morado con los movimientos terráqueos llevó a la prestigiosa historiadora María Rostworowski a establecer un nexo cultural con el Dios costeño Pachacamac del antiguo Perú. Según la historiadora, Pachacamac fue un dios con múltiples cualidades, fue el oráculo más importante del Tahuantinsuyo y está asociado a la subsistencia humana, pero a lo largo de su espaciada presencia espiritual, la cualidad que prevaleció fue la de “aquel que mueve el mundo” “del que hace temblar la tierra”. Testimonios del manuscrito quechua de Huarochirí cuentan que cuando Tupac Yupanqui ya enfadado lo emplaza solicitándole su ayuda para vencer a sus enemigos, que se resistían al dominio inca, Pachacamac le respondió “Oh inga sol, yo no propongo nada puesto que suelo hacer temblar la tierra entera con todos vosotros juntos. En efecto, no sólo aniquilaría al enemigo sino que acabaría con todos vosotros y el mundo entero también. Por eso me quedo callado”.

estatuilla del dios pachacamac

Estos documentos parecen probar la tesis de Rostworowski: la gran veneración al Señor de los Milagros tiene su origen en un sincretismo religioso que fusiona la primigenia veneración del dios Pachacamac de la cultura Ichsma con el Cristo de la religión católica traído a tierras peruanas por los españoles. Sin embargo, si consideramos que los cultos pasan por diversas fases y que los atributos de los dioses –o a los santos o a la virgen o al mismo Cristo- representan esas fases y las variaciones en la fe, es válido preguntarse si Pachacamac fue originariamente la divinidad reverenciada por su poder sobre los movimientos sísmicos.

Planteo que antes de Pachacamac fue Urpayhuachac la diosa telúrica de la costa central. Primero, porque la mayor información sobre el don sísmico de Pachacamac está ubicada aproximadamente entre 1450-1470, período de la expansión inca en la costa central o sea relativamente reciente. Segundo, los relatos de las aventuras míticas de Pachacamac en los orígenes de las culturas costeñas, le dan una participación intermitente, inconstante, él aparece y desaparece, en cambio Urpayhuachac no solo es constante sino que es protagonista de las acciones míticas. Entre ellas, cuando quiere vengar a su hija ultrajada por el dios Cuniraya, ella lo convence de esperarla “solo quiero quitarte las pulgas, Cuni”. Al mismo tiempo que lo espulgaba, “hizo crecer una gran peña para que le cayera encima”. Este pasaje del mito es clave para identificar las atribuciones telúricas de la diosa. Según la mitología andina cuando una divinidad hacía crecer peñas, abría abismos o derrumbaba montañas provocaba terremotos.

Por último, el templo y la laguna de Urpayhuachac están fechados en los años 200-600 d.C. correspondiente a la cultura Lima, es decir más de mil años antes que la ciudadela de Pachacamac fuera conquistada por los Incas. Entonces, pudiera ser que el Señor de los Milagros condensa los poderes sísmicos milenarios de las divinidades costeñas cuyo remoto origen es femenino.


Escrito por

Maritza Villavicencio

Maritza Villavicencio Historiadora y Fitomántica. Recuperé el Oráculo de los Pallares Mochica. Ejerzo la adivinación. En mi blog reflexiono sobre las prácticas mágicas ancestrales del Perú.


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Oranek

Maritza Villavicencio Historiadora y Fitomántica. Recuperé el Oráculo de los Pallares Mochica. Ejerzo la adivinación.